Una
sombra permanece agazapada en la noche… No espera, muy típico…
Aletargado en la oscuridad, nada ni nadie impedirán al señor oscuro
asestar otro golpe a las fauces de Gotham…, no me convence, se hace
largo, un momento, ya lo tengo: Las nubes, temerosas, saben que la
señal del murciélago se abrirá paso a través de los murmullos…
suena bien… Una vez más, el terror acudirá al rescate del terror,
la oscuridad tomara forma y los criminales no tendrán otro remedio
que ser asediados por la cólera de alguien que como ellos: un buen
día decidió tomarse la justicia por su mano… bueno, se nota que
es una imitación, pero podría ser de mercadillo asiático, no cuela
mal.
Hacer
una introducción a lo Frank Miller es casi tan difícil como
recordar todas las ‘Atonizaciones’ que Batman ha regalado al
común de la humanidad, desde que en 1939, Bob Kane dibujará un tío
en mayas dispuesto a hacer justicia a costa de cualquier razonamiento
legal. Para ir al meollo 'Batmaniaco', nos saltaremos las
onomatopeyas,el disfraz, yel videojuego más excitante que haya existido jamás, para
viajar directamente a 1989, año en el que la ‘Batmania’
(divorciada hace un tiempo de Adam West gracias a Moore y Miller)
impuso las pegatinas como forma de vida, los ‘Hollywood Cars’
marginaban al desgraciado de clase que aún no había ido a verlos y
Kim Basinger era capaz de empapar la sabanas de un ‘Castrati’.
Ese año, Tim Burton era un tío parecido a Robert Smith (luego vino
Edward) con un gran poder y una gran responsabilidad: convencernos a
todos de que era oro puro sin ser conscientes de que ‘Bitelchus’
era suya. Y vaya si lo consiguió.
Con
8 años, ir a ver ‘Batman’ era algo más importante que el
colegio, el oxígeno, las personas o el pelo, era un cúmulo de
necesidades que fluían por mi cuerpo desde que me despertaba hasta
que volvía a no poder dormir. No era una película, era un antes y
un después que 'a priori' ya había condicionado mi vida para
siempre, un sueño cinefago que logré materializar después de un
álbum de cromos lleno hasta las patas, un murciélago al final de
cada boli, lápiz o dispensador de mercromina, y veinte mil post-it
por la casa pidiendo por dios que me llevaran al cine.
No
existe crítica posible para la atonización inmortal que me produjo
la cara de Carl Grissom diciendo 'No olvides tu baraja de la suerte',
la mano de Jack Napier saliendo del bidón de químicos, la muerte de
los Wayne, el ‘Batmovil’ por el bosque, el primer ‘Soy Batman’,
o una expresión que a día de hoy aún utilizo: ‘Está mochales’
(esta última se la regalo al doblador)… aunque he de reconocer que
iba tan predispuesto que en la taquilla ya estaba diciendo que me
había parecido un peliculón.
Con
los años, he comprendido que la película más allá de ser ‘El
temible burlón’ de mi generación, también era el producto de una
concepción cinematográfica que consciente de su formato de folletín
‘Pulp’, lograba hacer de una historia contada con gruesos trazos,
personajes arquetípicos y entradas en escena estudiadas cual
oposición, un placer narrativo en estado puro que hoy en día sigue
siendo un referente.
Los
Cohen, como siempre, ya se habían adelantado a esta concepción
fílmica con ‘Raising Arizona’, y al Sam Raimi de ‘Darkman’
no se le puede acusar de deudor porque ya había hecho ‘Evil Dead
2’, sin embargo a Warren Beatty si se le vió mucho la pluma con
‘Dick Tracy’, y en una lejana y distópica evolución del género,
por mucho que sus películas sean hijas del VHS y las sesiones dobles
de mediatarde, el Tarantino de ‘Kill Bill’, algo tendría que
agradecerle, así como el ‘Seven’ de Fincher o incluso Cronenberg
en alguna de sus evoluciones. Con esto no se está hablando de ningún
germen ‘Burtoniano’ padre del universo y la vida en la tierra,
pero sí de un autor en ciernes que logró convertir una intriga
criminalista superheroica en algo gótico, tenebroso, romántico
aventurero, adulto e infantil al mismo tiempo, siendo consciente de
lo que estaba haciendo… Por decir algo.
Así
fue como el auge ‘Ochenoventero’ de la ‘Batmanía’ colapso
prensa, anuncios, carpetas, mentes enfermas y grandes intelectos.
Pero al murciélago le quedaba un largo camino, su cueva aún sigue
esperándole y… ¡Mierda! Se me ha olvidado hablar del Joker.
Pedazo artículo Diego, suscribo 100 % tus palabras, y eso que la buena es Batman Vuelve...
ResponderEliminarGracias querido Brownie, espero que al menos sirva para que veas Evil Dead 2 algún día, Batman Vuelve está en el candelero. La semana que viene repasaremos la caída del caballero de la goma negra
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